Mimamos tanto a nuestras mascotas que éstas acaban actuando como verdaderos humanos. Pero hay otras veces que se rebelan contra nosotros. Fíjense en la puñetera rana, cómo salta a la cara del bebé; o el mordisco del perro gilipollas. Pero luego los queremos tanto...
aiiiixxxx pobretees los ratones en la rueda xDD
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